Saturday, January 31, 2009

Día 8

La retirada de enero

Vuelvo tras un mes de silencio. Todo este mes he tratado de volver a la normalidad, aunque mi vida distaría mucho de ser normal para la mayoría de personas que me rodean.

He evitado todo contacto con la musa reticente, ahora mis caminatas son a otras horas, calculo que es casi imposible toparme con ella y eso es bueno. Ella debe existir solamente en otro plano, en el tercio más grato de la vida. He evitado el Internet y he leído más, incluso varios libros de autores que antes nunca había conocido. He escrito más, aunque sin buenos resultados. He compuesto canciones y ya no son tan oscuras. He pensado comprar un piano, pero no sé si seré capaz de ahorrar tanto dinero.

He soñado mucho pero, aunque en los sueños soy el piloto, no puedo evitar navegar siempre con la musa reticente a la vista. Y me aterra que a veces su rostro se transforma en el de ella. Sí, ella. La que me llevó al terrible crimen hace muchos años.

Lima en el verano es a veces encantadora y lo debo admitir. La he aprendido a querer en estos diez años pero nunca me sentiré realmente limeño. Ni perderé jamás el acento extranjero.

En este mes he hablado muy poco con otra gente, mucho menos aún que de costumbre. Sólo escucho mi voz al ensayar melodías y letras para mis canciones. La oscuridad es menor, pero la angustia sigue ahí, la angustia por verla que alguna vez confundí con amor.

No debo escribir más, ya que no hay un tema particular hoy ni ando inspirado. Es solo un aviso para el lector imaginario: Sigo por aquí.

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